Cuando José María González fue elegido alcalde de Cádiz, más de un carnavalero que había perdido las esperanzas en la política, reactivó su ilusión por poder cambiar determinados aspectos de la fiesta viciados por una gestión política populista, entendiendo esta, como el uso de medidas de gobierno destinadas a ganar la simpatía de determinados sectores del mundo del carnaval, esta forma de gestionar no siempre ha resultado lo mejor para la fiesta.

Herencia que asumió el alcalde, fue el Patronato del Carnaval, órgano ejecutivo de la fiesta donde determinados colectivos gestionaban desde sus propios intereses. Una de las primeras medidas resultó ser intentar acomodar el órgano para hacerlo «más representativo», integrando tres nuevos colectivos que en algunos casos ni siquiera estaban constituidos como asociación, eludiendo los principios básicos de representación democrática.

En la segunda legislatura hubo un cambio radical, con el apoyo de los colectivos que lo integraban, se decide desmantelar el Patronato, así el Ayuntamiento asumía, entre otras cuestiones, el 100% de la organización del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz, al parecer sin medir las consecuencias de la desaparición del organismo que servía de soporte legal con el que los colectivos fiscalizaban y formaban parte de la negociación del los derechos de retransmisión y publicidad del concurso.

El paréntesis de la pandemia, sirvió para retrasar las consecuencias de la dudosa gestión de los ingresos de las agrupaciones que el Ayuntamiento dirigido por José María González «Kichi» haría. En 2022 firmó con la Fundación Cajasol, como cuando existía el Patronato, un acuerdo por 108.000 € para repartir entre las agrupaciones participantes en el atípico COAC de primavera. Ahora, tras perder las elecciones, escurren el bulto, sin asumir responsabilidad política alguna, y sin dar explicaciones claras a través de Lola Cazalilla exconcejala de fiestas y que continúa formando parte del consistorio como concejal en la oposición, del porqué la Fundación Cajasol continuó apareciendo en el escenario del Teatro Falla durante el COAC 2023, sin que las agrupaciones cobrasen un solo euro por ello como en años anteriores.

Quedan algunas preguntas sin respuesta, por lo que solo podemos hacer suposiciones sobre ciertas cuestiones. Parece ser que el nuevo Ayuntamiento y la mayoría de colectivos entienden que la aportación económica de la Fundación Cajasol no debería perderse, por lo que intentar hacer leña del árbol caído solo podría poner en peligro una aportación económica imprescindible para las agrupaciones más modestas. ¿Cuál debería ser el papel del nuevo Ayuntamiento? Podemos suponer que el ideal sería mediar para que no llegue la sangre al río, entre otras cuestiones, porque la Fundación Cajasol no solo aporta al carnaval, y porque ser representante público debería obligar a asumir el papel de la defensa de los intereses de las personas que hacen posible la fiesta, cosa que no hizo ni el exalcalde ni su ex concejala de fiestas.

 

 

 

 

 

 

 

 

por Carmen Castiñeira

Fundadora y secretaria de la Asociación de la Cantera del Carnaval de Cádiz - Miembro del extinto Patronato del COAC 2018-2020 - Fotógrafa y redactora de www.carnavaldecadiz.com desde 1995 - Secretaria del Jurado en la categoría de adultos del COAC 2022

Un comentario en «Responsabilidad política en el Carnaval»

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